Independencia de Cuevas de San Marcos
Tras la rebelión y posterior conquista cristiana, se crea un núcleo de población que dará lugar a lo que actualmente es el pueblo de Cuevas de San Marcos, en una zona más llana y accesible que los asentamientos anteriormente nombrados, desapareciendo con las poblaciones musulmanas que quedaban en nuestro pueblo. Tras su victoria , el segundo alcalde de Antequera pidió al rey Juan II que los territorios pertenecientes a estos lugares pasaran a formar parte de sus dominios y, por tanto, parte de Antequera. Aunque, como bien señala Juan Benítez Sánchez en su libro La Villa de Cuevas de San Marcos: Su historia a pesar de que fue Pedro de Narváez quien hizo la petición al rey, no fue hasta el gobierno de Fernando de Narváez en Antequera que la concesión se hizo efectiva.
De cualquier forma, como señala este autor, posteriormente a la incursión de Pedro de Narváez, su conquista de las dos Cuevas y la destrucción de sus fortalezas, se formaron dos núcleos de población que darían lugar a lo que es hoy Cuevas Bajas y Cuevas de San Marcos. Las tierras pertenecientes a estos dos lugares fueron arrendadas a los diferentes pobladores y dieron lugar a cuatro cortijos: el Pilar, el Fraile, la Moheda y el Cedrón. Los dos primeros, dieron lugar a la actual Cuevas de San Marcos y, los dos últimos, a Cuevas Bajas.
Durante este tiempo, según nos cuenta Juan Benítez Sánchez hubo varios pleitos entre los arrendatarios de las diferentes tierras. Uno de ellos, sucede en 1502 cuando unos agricultores de Iznájar labran tierras de El Membrillar, perteneciente a las Cuevas de Belda. Ante esta situación, el consejo de Antequera efectúo una demanda y se preparó en armas para salir hacia la población vecina en caso de necesitarlo.
Debemos hacer un inciso durante esta etapa, ya que en 1798 tuvo lugar la reconstrucción de la iglesia principal del municipio. Se trata de la Iglesia de San Marcos Evangelista. Desconocemos el contexto en que se hacen las reformas y quién tomó la iniciativa para desarrollarlas, pero lo cierto es que esta reforma fue dirigida por el alarife de Antequera Juan Reina, quien imprimió un estilo neoclásico a este edificio del siglo XVII.
A lo largo del tiempo, se suceden distintos pleitos con Antequera ya que los pobladores de la denominada Cuevas Altas no estaban conformes con la gestión que el gobierno de la ciudad hacía con respecto a esta población, negándoles concesiones y beneficios. Poco a poco esta población irá dando pasos encaminada hacia su independencia. Así, en 1801 hace una solicitud por el “Privilegio de Villazgo” y, posteriormente, se nombra el primer alcalde, Pedro Sánchez Moscoso, elegido por los vecinos.
Sin embargo, no será hasta 1806 cuando nuestro pueblo goce finalmente de independencia mediante la Real Cédula de Villazgo concedida por el rey Carlos IV. Junto con esta concesión, se realiza el cambio de nombre a la villa, que pasa a tener el nombre con el que finalmente la vamos a conocer: Cuevas de San Marcos.
Juan Benítez Sánchez recoge en su obra el memorial en el que se le da el nuevo nombre a la villa, del que recogeremos un pequeño extracto en el que se justifica la elección del nombre: “[…] a consecuencia de la gracia de villazgo que S.M. (que Dios guarde) se ha dignado concederle, y que para darle su posesión Real ha sido V. elegido y autorizado, teniendo los vecinos mucho afecto y devoción a el Evangelista San Marcos, como su Patrono, para que en lo sucesivo continue estampado en los corazones de los referidos esta memoria, según lo apetecen y los exponentes en su nombre: Suplica a V. rendidamente que al tiempo y cuando se verifique la Real posesión, se le anote, y nomine el Título de Villa de Cuevas de San Marcos”. La devoción que Cuevas Altas tenía por San Marcos fue decisiva en este punto de la historia para dar un nuevo nombre al pueblo, aunque en la tradición oral siempre permanecerá el nombre de Cuevas Altas como su segundo nombre.
A finales del mismo año, se colocaron los mojones para delimitar el término municipal de la ahora Cuevas de San Marcos, con un total de 89 mojones colocados. De esta manera, el 28 de octubre de 1806 quedó delimitada con Iznájar por el Arroyo de la Fuente, con Encinas Reales con el Río Genil y con Cuevas Bajas por el Arroyo de las Pozas.
Tras conseguir su independencia, había más pasos que seguir para asegurar el correcto gobierno y gestión del municipio. Ignacio Raya en su obra Belda: Cuevas de San Marcos indica que el primer ayuntamiento de la villa se constituyó en la Plaza Pósito, cerca de la actual Iglesia de San Marcos Evangelista y su primer alcalde fue Juan Molero Moriente.
Se cierra así la independencia de nuestro municipio. No obstante, a pesar de la alegría del momento, los acontecimientos no aguardaban un futuro muy prometedor para Cuevas de San Marcos y se abre una nueva etapa: la etapa del bandolerismo.