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Bandolerismo y Cuevas de San Marcos

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Bandolerismo y Cuevas de San Marcos

La aparente tranquilidad que se vivía en Cuevas de San Marcos aun celebrando su reciente independencia, se vio interrumpida al estallar en 1808 la Guerra de la Independencia. Esta trajo consigo grandes hambrunas y acusó, si aún cabía más, la situación de crisis y pobreza que ya se vivía. La desesperación y las constantes hambrunas terminaron dando lugar a la aparición de numerosos grupos de bandoleros que buscaban subsistir a toda costa.

Ignacio Raya nos menciona en su obra a Pedro Peña “El Sotana” y a Tío Rufo, ambos personajes destacados en la historia de nuestro municipio por ser los principales contrabandistas en la zona. Junto al primero, también actuaron Juan de Campos y Pedro Alcalde. Los tres operaron en torno a Benamejí, Encinas Reales y nuestro municipio.

A partir de este momento, la vida en el pueblo irá transcurriendo entre las diferentes desavenencias acaecidas por el peso de la política en la historia y las consecuencias económicas que ellas conllevaron para España. Especialmente dura fue  el nuevo periodod que se presenta: la etapa del bandolerismo, un fenómeno que se dió con mucha más fuerza en Andalucía que en otros lugares.

Es importante destacar aquí que, en torno a estos años, concretamente en 1840, se fundó la primera fábrica de aguardiente de Cuevas de San Marcos. No es un hecho muy conocido, pero nuestra localidad destacó por tener varias fábricas de este producto. Esta primera fábrica fue fundada por Francisco Ginés Muñoz, también conocido por su apodo: Vinagrito. Fue el primero a nivel nacional en incorporar etiquetas a las botellas de aguardiente. En ellas se puede ver su nombre y su apodo entre paréntesis. Al principio, vendía su producto a lomos de burros, yendo de un lugar a otro. Se cuenta que, un día en su camino a Antequera hubo una revuelta y salvó la vida a Francisco Romero (el pollo Romero), quien fue Ministro de Fomento, posteriormente de Gobernación y, por último, de Ultramar y Gracia y Justicia. En la revuelta intentaron asesinar a este político, pero no pudieron al haberlo escondido este cuevacho en el serón de su mula. Acabada la revuelta y vuelto a situar Francisco Romero en su posición de poder, le concedió a este vecino ser alcalde vitalicio de Cuevas de San Marcos en agradecimiento por su hazaña. El Vinagrito fue un hombre muy respetado y querido por sus acciones humanitarias y de apoyo a los más desfavorecidos. 

Otro hecho curioso durante esta etapa en la que el bandolerismo cobró tanta fuerza fue el secuestro de Don Simón Chavari en 1868. Fernando Rodríguez Rojas en su artículo El secuestro en 1868 del prieguense Don Simón Adriano de Chávarri y Rico de la revista Mundo Subterráneo no informa de este suceso. Don Simón era un anciano de buena familia que se vio preso a manos de los bandoleros estando en su finca de Alcaudete. Dos hombres pertenecientes a una partida de maleantes de 20 personas en total, se lo llevaron en contra de su voluntad.

Los dos primeros días Don Simón estuvo escondido en una casa de nuestro municipio y, posteriormente, pasaron a llevarlo a la conocida como Cueva de la Laguna, también en nuestro término municipal, donde permaneció encerrado un total de 52 días. Primero lo mantuvieron en una de las salas para después pasarlo a otra estancia aún más pequeña. Finalmente, fue rescatado de su cautiverio por la Guardia Civil el 26 de marzo de 1868Tras este incidente, la Cueva de la Laguna pasó a denominarse la Sima Simón en honor a las penurias que este pobre hombre pasó durante su secuestro. Sin embargo, como nos indica Fernando Rodríguez Rojas, también se la conoce como Sima Amarilla en algunos círculos deportivos.

Según cuenta Ignacio López Raya en su libro, el jefe del grupo era Antonio Verdugo Muñoz, natural de Cuevas de San Marcos. Otro bandolero muy conocido en nuestra villa fue José Pérez Quevedo, El Portugués. Antonio Cañete Moscoso en su obra Bandoleros Andaluces del siglo XIX y primeros del XX cuenta un poco de su historia. Al contrario de lo que se cree, El Portugués nació en Osuna, aunque su madre era de ascendencia cuevacha por lo que puede presuponerse que sus años de infancia se desarrollaran en Cuevas de San Marcos. Su apodo puede venir por su herencia paterna, ya que su padre era originario de Portugal. Tras casarse, tuvo once hijos. Se desconoce el motivo por el que decidió dedicares a las actividades delictivas, aunque cabe destacar que no fue violento y se distinguió por su conocimiento del terreno y de la estrategia.

Durante sus años en activo, actuó primero en solitario y luego se unió a diferentes bandas. Primero estuvo con la banda de Maruso y, a continuación, con Melgares y El Bizco del Borge. Tras la muerte de este último, se quedó solo y sus actividades delictivas se detuvieron poco tiempo después. Finalmente, murió en 1890, de una fuerte contusión en la cabeza y dos heridas de bala y fue enterrado en el cementerio de la vecina localidad de Rute.

El resto del siglo XIX no presentará una buena perspectiva para nuestro municipio, sobre todo si tenemos en cuenta el panorama nacional fatigado con las Guerras Carlistas y una Andalucía asolada por los bandoleros. La economía continúa siendo mayoritariamente del sector primario y de subsistencia y la industrialización se presenta con muy poca fuerza en nuestra región. Además, en nuestro pueblo se vivió una importante emigración de sus vecinos, yéndose muchos de ellos a Argentina en busca de un futuro más prometedor.

 

 

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