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Siglo XIX y Guerra Civil

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Siglo XIX y Guerra Civil

Tras la Tercera Guerra Carlista y el periodo de la Restauración, se consigue una breve etapa de estabilidad que no va a durar demasiado tiempo. En esta época cabe destacar la construcción e inauguración del Puente de Luis de Armiñán en febrero de 1913 por el Diputado de las Cortes del Partido Liberal de Málaga Don Luis de Armiñán que, además, fue Director General de Obras Hidráulicas. Nació así otro de los símbolos más emblemáticos de Cuevas de San Marcos, el Puente de Hierro, que marca la frontera entre Córdoba y Málaga. Es una muestra de arquitectura de hierro con una importancia indiscutible, tanto por la envergadura de la obra en sí como por la técnica empleada con uniones con remaches como en otras obras como la Torre Eiffel.

Posteriormente, en 1926, Cuevas de San Marcos volvió a ver el nacimiento de una nueva fábrica de aguardiente: la fábrica de Anís Comandante Franco. Recibió este nombre por el Comandante Ramón Franco, famoso por ser el primer hombre en cruzar el atlántico en vuelo en el conocido hidroavión Plus Ultra. En su fábrica, José Sánchez Granados también fabricaba vino, aceite, coñac y vinagre. Esta marca fue la más representativa de nuestra localidad, puesto que era conocida a nivel nacional.

En el periodo previo al Golpe de Estado, en nuestro pueblo la situación era como en el resto de España. Atendiendo al texto de Memoria sin sombra, obra de José Terrón Arjona, el paro continuaba y la reforma agraria se iba implantando con suma prontitud. La agitación aumentaba entre los vaivenes que UGT y CNT creaban entre los ánimos de la población.

En medio de tanta tensión, en julio de 1936 se dio en Golpe de Estado que marcó el inicio de la Guerra Civil. Durante esta época, Andalucía se dividió en dos bandos: los que apoyaron la rebelión y los que defendían la República, ambos con una fuerte presencia en nuestra comunidad autónoma, a pesar de su tradición izquierdista. Julio Aróstegui divide en su artículo La Guerra Civil Española y su escenario en Andalucía nuestra comunidad en dos partes: la Andalucía Bética, la del Guadalquivir que fue pronto controlada por los leales; y la Andalucía Penibética, que fue ocupada por los sublevados. En medio estaba la franja divisoria que corría desde la provincia de Córdoba hasta la de Málaga.

En este sentido, Cuevas de San Marcos también destacaba por ser mayoritariamente familiar a la izquierda y preparó su defensa contra los sublevados como buenamente pudo. Ignacio López Raya nos dice que un lugar clave en esta defensa fue el Puente de Luis de Armiñán, donde se organizó un contingente para retener a las tropas franquistas de la mano de Antonio Prados, un dirigente socialista. El alcalde, por su parte, decretó arrestar a los afines a la rebelión con el fin de protegerles de las posibles represalias que pudiera haber por parte de los republicanos y no fueron liberados hasta la entrada de las tropas franquistas. De esta forma, consiguió que no hubiera muertes entre los franquistas de nuestro pueblo.

José Terrón Arjona, en su libro Memoria sin sombra, narra los días vividos durante el Golpe de Estado. Al día siguiente de anunciar la noticia en la radio, un camión de Antequera se llevó a la Guardia Civil. En los primeros días tras la marcha de las fuerzas de seguridad, un gran grupo de gente se dirigió hacia el Convento del Patronato del Sagrado Corazón de Jesús, en calle Fuente Granados. Sacaron a las monjas por la fuerza a la calle y les quitaron sus velos para mofarse de ellas. Una vecina se enfrentó a estos señores y les dio cobijo a las monjas, que no habían hecho otra cosa sino dar clases a los niños, ayudar a los ancianos y dedicarse al culto. Por otra parte, los socialistas ocuparon la casa del cura e instalaron allí el Centro Socialista y, posteriormente, un señor que el autor identifica con el nombre de García Prieto trajo armas al pueblo de forma que se organizó un grupo para ocupar el cuartel vació de la Guardia Civil.

Fue en estos momentos cuando se destruyó el interior de la Iglesia por completo. Tristemente, las obras, esculturas, imágenes, vestuarios… vieron su final en la madrugada, en plena noche y sin posibilidad de ser salvada ninguna obra de arte que guardaba la Iglesia de San Marcos Evangelista la cual pasó a ser ahora un economato.

Finalmente, el 15 de septiembre de 1936 las tropas franquistas terminan por controlar Cuevas de San Marcos cuando hicieron una entrada por sorpresa entrando por la zona del Entredicho. Los actos de represión empezaron desde ese mismo día. Se contabilizaron más de cien fusilados que fueron enterrados en tres fosas. La única que ha sido exhumada es la del Arroyo de las Colmenitas.

 

 

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